Aún recuerdo el primer día que practiqué escalada en roca, era la única mujer entre hombres. No dimensionaba lo que significaba realmente hasta que llegó la hora de ponerme el arnés, hacer el nudo que me sostendría de éste, magnesear mis manos y comenzar a escalar; no había vuelta atrás, mi único pensamiento fue –no puedo quedar chica entre hombres- y no lo hice, trepé, respiré, sentí miedo… pero una vez alcanzado el final de la ruta, sentí gratitud y una gran admiración por la belleza de la roca y de la naturaleza que la rodea. Desde ese momento, supe que esto era lo que necesitaba en mi vida. Las invito a mirar desde las alturas la magia de éste deporte.
Dos veces a la semana entreno en Bloque Aconcagua, un centro integral de escalada ubicado en Av. Riquelme #49, enfocado en el entrenamiento de escalada en Boulder, donde desarrollas tu fuerza, resistencia, flexibilidad y tonifica tu cuerpo. El tiempo pasa y el cuerpo va requiriendo nuevos cambios, la alimentación se vuelve saludable y priorizas frutas, verduras, alimentos que aporten energía y por supuesto aumento considerable del consumo de agua.
Otro de sus beneficios es que mejora la autoestima, persistencia y paciencia, aprendes a no rendirte, a tomar con calma las cosas, aprendes a conocer tu cuerpo, tus tiempos, la importancia de vencer tus miedos y de mantener un pensamiento positivo: un viaje interminable con uno mismo.
Dentro del centro de entrenamiento hemos creado una gran familia, con la cual hacemos actividades que nos permiten darnos a conocer en el valle y así llamar a más personas a practicar éste lindo deporte. Y déjenme decirles que somos muchas mujeres, por lo que las clases y las salidas se hacen mucho más interesante y entretenidas, se comparte y se disfruta de las cosas sencillas de la vida, un rico mate, por
ejemplo.
Nos intercambiamos saberes, que van desde temas sobre escalada y rutas a cosas cotidianas; nos apoyamos, motivamos y celebramos. Llegado el fin de semana agarramos nuestra mochila, algunos llevan sus mascotas, y nos vamos apatotados a zonas como Petorca, El asiento o Las chilcas; la montaña nunca discrimina a los que llegamos pero si nos pone a prueba, la actitud lo es todo; al momento de escalar no se titubea, se disfruta hasta llegar al final de la ruta, entonces respiras, agradeces y pides a tu cordada que te baje para……seguir escalando.