Por el 1900 se crea el primer chupete moderno, muy similar a lo que hoy conocemos, supongo que sin tanto adorno y preferencia animada. Me pregunto si aquel que lo inventó, ¿Merecerá estar en los libros, como lo está el primer hombre que inventó la ampolleta?, ya que las madres son eternas agradecidas de su invención, por algo en Estados Unidos se le llama PACIFIER.
Caso:
Estaba en mi consulta, en la primera entrevista con unos padres acongojados porque su pequeño tenía ya dos años y aún no hablaba como «ellos creían que debía hablar». El pequeño jugaba en la alfombra de tren «Thomas», trataba de concentrarme entre la entrevista y el constante succionar de aquel chupete, pero llegue al ítem «malos hábitos orales» (hoy percibo lo ofensivo que suena cotejar en mi evaluación «malos hábitos orales», al uso del chupete), entonces pregunté, ¿Por qué aún usa chupete? Y respondieron, — no lo usa siempre, pero no hemos podido quitarlo. Vuelvo a preguntar, ¿…y mamadera? – ¡Sí! Tres diarias, a veces dos. La madre sonríe, y comprendo que ella no percibe en mí lo negativo que es que aún use chupete y mamadera, entonces comienzo aquella explicación, a
modo terapia de shock, algo así como… “Mire, lo qué pasa es que su hijo, está realizando funciones inadecuadas. No está propiciando el crecimiento craneofacial, y esta diciéndole a su cuerpo que aún necesita succionar y mover la lengua de manera infantil, como lo hacía cuando era bebe” Hago un ejemplo memorable con mis manos, explicando el movimiento lingual, y sonrío. La madre no se siente complacida; me dice que ella viene porque su hijo no habla bien y la situación se vuelve difícil, un campo minado… cualquier cosa que diga podría empeorarlo… y sucede. Me dice, ¿Usted tiene hijos?, mi cara hace que el campo minado parezca ahora un campo florido en plena primavera (nos reímos ambas, mientras digo no) parezco ser yo la evaluada ahora, y entonces recurro a lo que mejor sé hacer… ser fonoaudióloga. Quito tecnicismos y esta vez explico con mayor claridad.
“La cara tiene tantos músculos que se asombraría, la lengua es una maquina maravillosa… pero su potencial no se ve beneficiado con el uso del chupete, la succión es un reflejo normal que viene en los niños, es supervivencia. Succionan por reflejo del pecho de la madre, pero luego deja de ser reflejo, y en ese momento ya es un hábito… se convierte en un mal hábito cuando sobrepasa su tiempo. Los músculos que necesitan ser trabajados trabajan con funciones más infantiles, entonces su hijo de dos, seguramente habla como uno de un año que usa chupete… y posterior a eso los desordenes dentales…” Esta vez, mi vulnerabilidad ha roto el hielo, la madre complaciente mira a su hijo, sonríe. Yo sé que en su cabeza piensa “ahora como lo quito”.
Salieron de mi consulta, gane una madre súper comprometida, además de un chupete y una mamadera en mi cajita del crecimiento, y mi querido amigo… un súper auto de carrera de la caja de las sorpresas para niños grandes.
Ciertamente no soy madre, y me he cuestionado lo difícil que es decir, no use chupete… no aletargue el uso de la mamadera; cuando no estoy en sus zapatos, pero he visto lo que puede provocar ese chupete en uso prolongado, he entendido cómo funciona la anatomía, y sin ser madre puedo guiar a otras madres…
Cuando yo sea madre, veremos…
Otra cosa es con guitarra… dicen por ahí.
KEEP CALM AND PON UNA FONO EN TU VIDA
Por Daniela Guzmán, Fonoaudióloga.
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