Santiago a Mil Trepa por Chile

Por alguna extraña razón uno no tiene, o al menos yo no tengo muy incorporado el chip de ver teatro como panorama. No sé por qué, pero no es algo que se me ocurra espontáneamente, supongo que porque nadie en mi familia iba y entre mi entorno, tampoco hay gente que piense en el teatro como una opción de hacer algo entretenido, lo que es una lástima, porque el teatro es una expresión artística hermosa y, como tal, puede lograr dejarnos llenito el corazón y no, no se parece a ver una película o algo en la tele. No tiene nada que ver.

Yo hasta hace poco, no cachaba esta gracia del teatro, pero un día vi que estaban dando entradas para una obra que venía desde Santiago. Como era con “famosos” pero manejando marionetas y no tenía nada más interesante planeado, fui a la plaza y retiré las entradas y partí a ver la obra. Quizás la vieron, se llamaba “El Capote”, basada en un cuento de Gogol y el elenco era liderado por Aline Kuppenheim. En realidad, ella era la única famosa del elenco, porque había otra que sólo alguien que ve muuuucha tele (como yo) podía reconocer como una de las eternas extras de teleserie, pero en fin, eso no le importa a nadie…Lo que les quiero contar es que la obra fue TAN LINDA!!! Era increíble como manejaban esos muñequitos, con tantos detalles, que uno se olvidaba completamente que eran marionetas, sumergiéndose por completo en la trama y sufriendo con el pobre protagonista. Me acuerdo que en momentos me sentí una cabra chica y pensé
(¡Qué tonta!) pero después caché que a casi todos nos había pasado lo mismo…

Desde ahí le empecé a poner ojo al Santiago a Mil, porque ya no era sólo una muñeca gigante que dejaba la escoba en Santiago, sino que era algo cercano, que los que vivimos en regiones también podíamos gozar. Después vino “Romeo y Julieta”, la adaptación de 31 Minutos, pasacalles de animales, que recomendé “ene” a todos los que tenían niños. Y ahora, por aquí mismo aprovecho de decirles que no se pierdan “The Color Of Time” donde habrá un arcoíris de danza y color, imitando una fiesta india en que todos se lanzan polvo de maíz coloreado y se abrazan olvidando cualquier diferencia. Digan si no es un mensaje lindo y necesario por estos días…

Desgraciadamente, sigo sin incorporar el teatro como panorama durante el año, pero en verano, este festival me recuerda que es una alternativa, que puedo ir a Santiago y ver las mejores obras que se presentaron en el año, por precios asequibles y que si no, es probable que el espíritu del Santiago a Mil visite mi casa y gratis, me traiga un alimento para el alma, a mí, y a toda la comunidad.