Estos días hemos estado conmovidos, tristes, con mucha rabia, frustración e impotencia por lo sucedido a Sophia, una pequeña de 1 año y 11 meses que ha sido brutalmente violentada y asesinada por su padre. No podemos quedar ajenos ante esta situación, escuchar los relatos que se han ido revelando al pasar las horas generan incredulidad de cómo esto puede pasar, de cómo la vida de una niña se vuelve tan frágil y vulnerable, no hay respuestas, no hay parámetros de dónde mirar esto, no hay forma de entender una situación así, donde el horror es peor que en pesadillas.
Las declaraciones dan cuenta de violencia, esa violencia muchas veces callada por las familias, castigos, golpes normalizados y permitidos por los padres, que se han ido invisibiilizando por el resto de la familia, amigas, vecinos, jardines, colegios, centros de salud, donde tomar una postura de “no sé”, “no me di cuenta”, “es mejor no meterse” es más fácil que ponerme en alerta, ir y denunciar. Acá la culpa y responsabilidad no es sólo de los padres, es de todos nosotros, que callamos y ocultamos situaciones como estas, que dejamos pasar pequeños indicios de violencia a menores o terminamos justificándolas. ¿Cuántas Sophia han estado cercana a nosotras en la vida? ¿Hemos actuado?
Hay indicadores, debemos observar más, preguntar, ver las conductas de estos y buscar redes de apoyo. Sí, también los culpables son nuestro Estado y el poder judicial, quienes no responden de la mejor manera a los niños y niñas que son vulnerados en sus derechos.
¿Debo mantener el silencio ante un abuso? No, la respuesta siempre será enfática, jamás debemos hacer “oídos sordos”, porque ocurre lo que menos queremos, una muerte, un daño descomunal para ese menor inocente, para una familia, para una sociedad, que queda marcada con este dolor y vacío. Podemos ver hoy muchas marchas, velatones, fotos en Instagram, Facebook, etc. donde muchos dan su opinión, donde piden cadena perpetua, condena, pena de muerte, etc. la verdad, sólo espero que esas cientos de personas se movilicen no sólo hoy, sino mañana y cualquier día donde haya un abuso a un menor, a un indefenso y que no se nos olvide cuando los medios de comunicación pongan una noticia de farándula para callar esta, como cuando no fuimos capaces como sociedad de levantar la voz por los 1.323 niños y niñas que murieron bajo la “protección y cuidado” SENAME.
¿Cómo identificar el maltrato infantil?
(fuente: Office of children & family services)
Los Indicadores de Abuso Físico pueden incluir:
• Daño o maltrato a los ojos, o a ambos lados de la cabeza o del cuerpo (los daños o maltratos accidentales típicamente sólo afectan un lado del cuerpo);
• Daño o maltrato que se manifiesta frecuentemente como moretones, cortes y/o quemaduras, especialmente si el niño(a) no es capaz de explicar adecuadamente su(s) causa(s). Esto puede aparecer en patrones distintivos, tales como marcas por agarrar o coger al niño(a) con fuerza, marcas de mordeduras humanas, quemaduras de cigarrillos o impresiones de otros instrumentos;
• Comportamiento destructivo, agresivo o disruptivo;
• Comportamiento pasivo, aislado o sin emoción; y
• Miedo de volver a casa o miedo del padre/madre.
Los Indicadores de Abuso Sexual pueden incluir:
• Síntomas de enfermedades transmitidas sexualmente;
• Daño o maltrato en el área genital;
• Dificultad y/o dolor al sentarse o caminar;
• Comportamiento sexual sugestivo, inapropiado o promiscuo, o expresiones sexuales inapropiadas;
• Conocimiento sobre relaciones sexuales inapropiado para la edad; y
• Victimar sexualmente a otros niños.
Los Indicadores de Maltrato incluyen:
• Mala nutrición, apatía o fatiga;
• Robar o suplicar por comida;
• Falta de cuidado personal—mala higiene personal, ropas rotas y/o sucias;
• Falta de atención a necesidades de optometría (lentes), odontológicas (dientes) u otras;
• Ausencia o tardanza frecuente en la escuela; y
• Desatención inadecuada o falta de supervisión de un niño(a).
Natalia Araya
Psicóloga Nosotraselblog