Pataletas: Cuando nuestros niños nos hacen sudar y nos tensionan
En mi experiencia como psicóloga clínica infantil cada año tengo al menos quince consultas de mamás que luego de haber hecho muchos intentos por manejar arranques tipo pataletas de sus niños o niñitas, recurren a pedir ayuda. Esto pasa especialmente cuando las pataletas se intensifican y/o generalizan, ocurriendo dentro y fuera de la casa, por motivos múltiples: quieren que les compren cosas, por ejemplo en el supermercado, no quieren recibir órdenes ni instrucciones de los adultos que están a su cuidado, no los pueden sacar de una actividad de juego para seguir su rutina de comida, baño, ir a la cama, no se quieren ir a dormir y alargan el proceso de acostarse o levantarse, otros lloran porque llegó la hora de comer y han instalado un ritual sobre cómo deben ser los alimentos (niños grandes que sólo aceptan papillas, mamaderas o un alimento específico). Otros lloran cuando mamá o papá salen, entre las más comunes.
La edad de los chicos es entre 3 y 5 años. Y algunas mamás suelen aclarar que la ayuda es más para ellas, porque están superadas y no saben como manejar a sus pequeños que se han ido poniendo cada vez más tercos. De todas maneras resulta ser su primera consulta al psicólogo. Esta situación a nivel internacional es parecida, según un estudio hecho en Estados Unidos el año 2006, se calcula que el 23% de las consultas infantiles en atención primaria están asociadas a problemas emocionales, conductuales, o del desarrollo.
- ¿Qué es una pataleta?
Una expresión conductual intensa: caracterizada por llantos, gritos, y comportamientos primitivos: golpear o golpearse, dar manotazos, tirar el pelo a él o a la mamá, tirarse al piso y hacer movimientos rítmicos, por ejemplo.
Es muy importante saber que las pataletas son un fenómeno NORMAL y aparecen entre el año y medio y los cuatro años; con un peak de intensificación entre los dos y tres años. Pese a su normalidad, existe una gran variabilidad en la forma en la cual las pataletas se presentan.
- ¿Qué hay detrás de una pataleta?
Desde los dos años aproximadamente los niños vivencian que son autónomos, ya que se vuelven más hábiles desde el punto de vista motor: saltan, corren, trepan. También comprenden el significado de la palabra no. Pero lo más relevante es que psicológicamente se vuelven oposicionistas, es decir desafían la autoridad, esto es un proceso muy relevante que desde esa posición empiezan su definición como una persona distinta de sus padres. Aparecen sus primeros rasgos de personalidad más claros y quiere probarse, ser capaz de hacer cosas que antes no se atrevían o nunca pensó. Quieren descubrir los límites. Pero aún muchos aspectos de su desarrollo son inmaduros: tiene poca tolerancia a que algo no sea como el quiere, poca paciencia. No es capaz de evaluar los peligros de su entorno y tener autocontrol. Y está muy lejos de comprender el punto de vista de otros (padres). Por estas razones combinadas sucede que los niños “se desbordan emocionalmente”, y generen expresiones conductuales que para los adultos aparecen como disruptivas y que llamamos pataletas. La pataleta es una pérdida de control del niño consigo mismo, NO es un afán de controlar al padre o la madre.
- ¿Cómo ayudamos a nuestros hijos a salir de las pataletas?
Lo más importante es entender qué estímulos hacen que nuestros hijos hagan pataletas. Por que si bien es normal que les suceda hay factores que generarán que sean mucho más intensas y frecuentes. Sugiero la siguiente lista de acciones que revisar y corregir en familia:
- Los niños menores de seis años no debieran estar expuestos a aparatos electrónicos como teléfonos celular o Tablet, tampoco a juegos electrónicos. Si esto llegara a suceder siempre debe ser con un adulto interactuando y no más de una hora a la semana. Si ve dibujos animados no más de una hora al día.
- Recordar que las rutinas en los niños son muy relevantes. Requieren dormir al menos 12 horas. Esto implica que debe estar en la cama tipo 20 horas, si va al jardín y se levanta tipo 7 am. Los menores de tres años cada día deben dormir siesta de entre 40 minutos y una hora.
- También es relevante organizar sus comidas para que termine de comer al menor una hora antes de ir a descansar. Y que coma de todo tipo de verduras, carnes y legumbres. Desde el año, empiece a comer picado y no molido.
- Que tenga una rutina en que se mueva y gaste energía. Si no asiste al jardín que esté levantado a las 9 am y colabore en las labores de la casa.
- Que cada día tenga un tiempo de juego con sus padres: leer, salir afuera con una pelota, armar torres, jugar con muñecas o autos. Esta interacción es modelaje y vínculo.
- Mantener una relación vertical con el niño eso implica tener reglas claras de convivencia que él debe seguir, no llenarlo de regalos, ni compras. Que valore el compartir más que el tener.
- Finalmente, el niño requiere de un adulto capaz de “leer” su desborde emocional, comprender que él lo pasa mal con una pataleta y no descontrolarse. Esto implica ayudarle a identificar y nombrar sus emociones, a calmarlo y confortarlo.
- Rasgos que sobrepasan una pataleta normal» y conviene consultar cómo ayudar al niño:
1. Si se golpea o hace daño al hacer una pataleta.
2. Si tiene más de cuatro años y persisten en intensidad y aparecen frente a diferentes tipos de estímulos.
3. Si se observa que no es capaz de escuchar durante y luego de la pataleta la conversación que su mamá o papá le proponen.
4. Si el desborde va en aumento a lo largo del tiempo.
Para más información no dudes en pedir hora a un psicólogo infantil,
Saludos,
Silvia Elgueta
Psicóloga Clínica Infanto Juvenil UC
Santo Domingo Casa 81A, San Felipe