- Pensamos más en el otro que en uno mismo:
La mayoría de las personas si son consultadas respecto a la sexualidad y en cómo podría evaluarla piensan en la satisfacción y percepción de la otra persona, lo que genera un desplazamiento de la autocrítica cuando todo debiese partir desde uno mismo, esto pudiese generar frases como “Si mi pareja lo pasa bien, estamos bien”, implícitamente estamos diciendo: “El placer del otro importa más que el mío”.
- Valida tus propias sensaciones:
Para evitar que la autocrítica frente al contacto sexual sea basado en el otro mas que en mi propia percepción, debo validar y conectar con lo que estoy sintiendo en aquel momento, debo ser capaz de comprender que me dice el cuerpo, esto me agrada, esto me genera risa, esto es molesto, esto genera displacer, y por tanto está bien sentir una vez que logremos identificar y validar cada sensación podemos ser capaces de expresarlo libremente.
- No tengas miedo a expresar lo que realmente gusta de lo que no:
El ser asertiva respecto al contacto sexual o practicas del mismo no debe ser motivo de enojo, frustración o vergüenza, pues ya que cada uno es una persona distinta de otra, nos brinda la posibilidad de encontrar diferencias en la forma en la que desarrollamos la sexualidad, no hay correctos o incorrectos, mientras en pareja se pueda hablar al respecto y llegar a acuerdos mutuos todo puede ser posible.
- Mi autoestima tiene relevancia en la sexualidad:
La opinión emocional que cada uno posee de sí mismo se verá reflejada en la sexualidad, lo queramos o no, puesto que al acceder a un contacto o encuentro sexual cada individuo da la posibilidad a la pareja de conocer aquello; en la intimidad no hay máscaras, por ello el trabajar en una autoestima positiva reflejará en el acto sexual un actitud acorde, dejando de lado tabúes, miedos, inseguridades y dando espacio a sensaciones placenteras, recuerdos amorosos, encuentros espontáneos, entre otros…
¿Cómo trabajo el autoestima?
Dejando de lado el autoboicot, debo quererme y amarme con toda mi historia, con mis virtudes y defectos para que otra persona distinta a mí también pueda hacerlo. No puedo exigirle a mi pareja que me quiera por los dos, por ese afecto que no me tengo, no es un intercambio o transacción que compense; Si yo soy capaz de respetarme y validarme puedo estar disponible para que en pareja seamos dos individuos distintos que se valoran y respetan mutuamente porque podré estar en sintonía o congeniar con estas aptitudes, y si puedo lograr aquello la sexualidad y placer se darán de forma espontánea.
Valentina Salgado
Matrona y Experta en Sexualidad
V Región
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