
12 abril,2021
Mujeres Non Stop: Se valiente y cree en ti
by Camila Cruz

12 abril,2021 - Uncategorized
Mujeres Non Stop: Se valiente y cree en ti
Hay un momento en nuestra vida en donde nos damos cuenta que somos más de lo que nos impone la sociedad, ¡SOMOS MUJERES! y con eso basta.
¡Llegó el momento de darnos el valor que merecemos!
No necesitamos de nadie para valorarnos. Recuerden siempre que nosotras ponemos los límites y nadie nos puede pasar a llevar nuestra integridad, dignidad, ni mucho menos discriminarnos por un rol que nos adjudicó la sociedad. No es nuestra obligación ser la encargada de las tareas domésticas, la educación de nuestros hijos y otros labores históricamente denominados “de mujer”. Está en nosotras mismas ser quien queramos ser.
Conversamos con Tania Caroca, coaching con perspectiva de género y fundadora de “Mujeres Non Stop”, la primera asociación gremial con perspectiva de género en Chile, la cual busca apoyar a las mujeres empoderadas de Chile y Latinoamérica.
Tania hoy nos invita a analizarnos: ¿Cómo te sientes mental, física y espiritualmente? A través del coaching guía y acompaña en los cambios que se pueden llegar a tener conociendo tu valor, quién realmente eres y buscas ser.
¿Quién es Tania y cómo te defines?
Me considero soñadora, empática, perseverante, a ratos dispersa, también tozuda, cada vez menos miedosa, muy sensible, y finalmente amante y fiel a su familia.
Me definen muchas cosas, pero creo que lo que más me gusta en estos días es mi nivel de compromiso y mi capacidad de desarrollar una visión y ser fiel a ella, en relación a las temáticas que me mueven de fondo. Mi tema es trabajar por la equidad de género en el mundo, lo cual enfrento día a día como un desafío.
¿Cuáles son los servicios que ofreces y cómo es el proceso de diagnóstico que realizas a cada mujer?
Decidí hacer coaching con perspectiva de género, porque el coaching es como un especie de “vehículo” que te acompaña a transitar por esos espacios de tu vida que te inquietan o derechamente duelen. Le sumé además una mirada integrativa, que significa que invito a las mujeres a mirarse desde un todo. Por ejemplo, cómo ellas están sintiéndose con su cuerpo, mente y alma. Soy una convencida de que estos elementos influyen entre sí, y por eso debemos cada cierto tiempo detenernos y mirarlos.
Yo siempre trabajo con mujeres de manera individual y en grupos, y desde allí construyo y ofrezco la posibilidad de revisar y conversar juntas todas las experiencias marcadoras que llevamos las mujeres en nuestra vida. Es un espacio de catarsis absoluta donde las invito a cuestionarse todo.
Luego hago mentorías individuales para mujeres que están en búsqueda de lograr algún objetivo puntual en su vida profesional, ahí además de la mirada mencionada, el foco lo ponemos en revisar sus hábitos, su forma de pensar, su forma de sentir, su forma de decir las cosas y su forma de hacer las cosas, desde ahí diseñamos un plan de acción juntas.
También trabajo con organizaciones, donde acompaño a mirar cómo sería un funcionamiento con perspectiva de género, y el impacto a nivel organizacional y productivo que éste puede llegar a tener.
Más que hacer diagnósticos, lo que hago es siempre hacer sentir a mi clienta que ella es el centro de las sesiones y que todo lo que ahí “aparece” será una expresión perfecta de lo que a ella le esté pasando; y por eso mirarlo y cuestionarlo es el paso siguiente. Primero partimos revisando cuál es el sistema de creencias bajo el cual ella ha estado operando hasta ahora.
A través del coaching ¿Cómo empoderas a las mujeres a través de la perspectiva de género?
El coaching es un espacio que nos invita a través de las conversaciones poderosas a mirarnos hacia adentro y a revisar las creencias que llevamos las personas. Luego si continuamos y ponemos lupa a cuál ha sido el factor que ha influido sobre nuestras decisiones a lo largo de nuestra vida con una mirada de perspectiva de género, es posible ver que esas creencias son distintas para las mujeres, porque están marcadas por un sistema patriarcal que ha construido determinados estereotipos que ha condicionado el mundo de posibilidades de las mujeres de manera sistemática y por varias generaciones.
Eso es un “ruido” que de manera histórica ha convencido y normalizado la creencia de que las mujeres no son capaces de conducir su propia vida.
Ese sentir de qué “carezco de la total libertad para hacer con mi vida lo que yo quiera” es la base de todas las creencias limitantes que puede llegar a tener una mujer.
Cuando mi clienta logra ver esto, entiende algo esencial que la alivia, porque se da cuenta que ella no está incompleta y qué hay factores externos que han influido sobre su desarrollo personal y profesional sin que fueran atribuible a su forma de ser. Esto la hace sentirse desafiada para tomar las riendas de su vida y conducirla hacia donde ella quiera. ¡Eso es el primer acto de empoderamiento total!
¿Cómo ves la sociedad actual respecto a la equidad de género y cuáles son, a tu parecer, las deudas pendientes en este tema?
Si bien veo una sociedad que está avanzando en concientizar y visibilizar la importancia de la temática de equidad de género a nivel de sociedad, creo que aún hay un sector, él más conservador de la sociedad, que sigue restándole importancia y apoyo para que avancemos de verdad. Tengo fe, eso sí, en las nuevas generaciones que miran este tema con mucha más libertad y con mayor apertura mental. No obstante, me preocupan las deudas pendientes, tales como la desigualdad salarial, la falta de conciliación de trabajo/familia para mujeres principalmente, y por supuesto está muy al debe el poder legislar a favor de los derechos sexuales y de reproducción de las mujeres. Estos son derechos básicos que deberían estar resuelto hace rato, pero ya sabemos que no es así y eso me hace levantar otra pregunta. ¿A quién no le conviene que esto cambie?
¿En algún momento de tu vida te viste obligada a vivir patrones sociales que no te identificaban? ¿Por qué crees que nace esta causa en ti?
A pesar de haber nacido en Dinamarca, donde la cultura y la sociedad en general son respetuosos y tolerantes con la diversidad y los estereotipos son menos impactantes recuerdo como si fuera ayer, que al llegar a Chile, con 17 años, se me activo el deseo de pertenecer y de ser una más en mi comunidad escolar chilena. Yo venía con expectativas de poder sentirme parte de un todo, de regresar a un país que me conectaba desde lo emocional, porque mi familia es chilena, pero desde mi mentalidad, yo era danesa, y eso te puede hacer y decir cosas que no necesariamente te reflejen, con tal de sentirse parte de algo. Recuerdo ese tiempo cómo difícil y muy desafiante para mí y mi identidad.
La causa nace en mi con certeza cuando nació mi último hijo, hace ya 5 años atrás, cuando viví un embarazo de alto riesgo y me obligo parar y replantear mi vida en general. Hoy, no me da vergüenza reconocer qué recién a mis 39 años se me cayó el velo, y pude hacerme consciente de las diferencias sustanciales con la que nos toca vivir a las mujeres en general. A raíz de la maternidad, el trabajo, la crianza y todo lo que yo ya había entregado a otros. Me vi con un nivel emocional y físico completamente agotado y eso me hizo pensar en que podría existir alguien más que sintiera ese peso gigante en sus hombros. Ver todo eso con claridad, me hizo comprometerme conmigo que haría algo para aliviar y para visibilizar esta realidad. Así una noche apareció en un sueño el nombre de “Mujeres Non Stop” y ahí supe que se venía algo grande.
¿Cuáles son los casos más recurrentes que llegan a tu consulta o alguno que te haya marcado en especial?
Todas las mujeres con la que he tenido la fortuna de trabajar me han enseñado sobre cómo las mujeres, TODAS, tenemos una capacidad increíble para transformar nuestras vidas desde lo más oscuro hasta la luz máxima. No obstante, la violencia de género que cada vez se va reconociendo como tal, es de lo más duro que he visto. Las consecuencias para las mujeres son muchas y tal vez la más preocupante es ver cómo la violencia contra las mujeres por siglos ha sido normalizado e inclusive justificado en algunos casos. Esto ha mermado en la salud psíquica de muchas, en su auto valía y lo más grave, en lo que ella se ve capaz de hacer con su vida. Eso es lo que más me sigue impactando y me compromete cada día a reforzar el mensaje que no estamos solas, nos tenemos, inclusive, aunque no seamos amigas ni conocidas.
A tu parecer ¿Cuáles son las características de una lideresa?
Para mí la característica de unas lideresa es ser valiente. cueste lo que cueste.
Estar involucrado con la comunidad y estar super hiper clara con cuál es tú propósito y entender por qué una quiere liderar, y ojalá que las razones estén lejos del ego o los intereses personales, porqué sino, se convierte en un proceso insostenible, ya que el ego siempre aparece.
Finalmente diría que una mujer líder es esencialmente generosa con otras mujeres, pero sin miedo a decir que NO a situaciones que no van con el objetivo mayor o a sostener conversaciones incómodas. Siempre pone la cara, pero no la otra mejilla. Tiene claro además que de ella depende que más niñas y mujeres quieran ser líderes también.
También es capaz de sostener contra viento y marea esa visión 360º y entiende siempre que no se trata de ella y su persona, sino que existe un propósito mayor que supera los intereses particulares y qué es lo que debe permanecer al final del día.
¿Cómo has logrado ser una lideresa en Iquique con Mujeres Non Stop y cuál es el sentimiento que buscas traspasar a cada una de estas mujeres profesionales?
Mi experiencia como lideresa ha sido en base de mucho aprendizaje y trabajo, de hacer las cosas, aunque me he estado muriendo de miedo, de trabajar mucho en mí y de entender que ser una lideresa es conectarse con todo lo que somos de manera integral como mujer.
Somos una perfecta combinación entre mente, cuerpo y alma y todo eso podemos lograr que trabaje de manera integrada y alineada con nuestro propósito, si así lo queremos.
El principal sentimiento que he buscado traspasar en la comunidad a las asociadas, es que, a pesar de habernos sentido solas muchas veces NO LO ESTAMOS REALMENTE. Juntas podemos sanar estas creencias profundas limitantes que traemos muchas y desde allí la relevancia de aplicar la sororidad entre mujeres como un acto de resistir y seguir cuestionando lo que ya sabemos que nos ha hecho tan mal. Para ello nos necesitamos unidas, para cambiar juntas la historia universal de las mujeres en el mundo.
Lo más lindo de esto, es ver cómo algunas mujeres le empiezan a salir “alas” cuando se empiezan a sentir acompañadas, escuchadas y sobre todo inspiradas en la historia de la asociada del lado. ¡Eso es hermoso, y da esperanza de que SÍ SE PUEDE CAMBIAR la historia y que el futuro se escribe en FEMENINO.
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